Lira
Elemental en su silueta pero noble en su concepción, la forma del agua empieza su recorrido a partir de una línea, que en su esencialidad se abre a un mundo interpretativo polifacético. Lira supera el concepto de moda, cristalizando la atemporalidad de su estilo: la personalidad está en el ojo de quien la mira. El punto de partida es la maneta en cruz, caracterizada por una forma de arco abatido policéntrico. Un detalle que contribuye a darle una sensación de suavidad y fluidez y, al mismo tiempo, una percepción de solidez y sustancia sin provocar pesadez ni exceso. Un concepto ambicioso caracterizado por el deseo de atemporalidad.